Cronistas de su tiempo, ponen música y voz a lo que se habla en las calles, en los bares, en los hogares. Todos llevamos dentro un tertuliano fundamentalista. Aunque cada día haya una puesta de sol distinta, la que uno ha visto siempre es la fetén. No existe mejor Presidente de Gobierno que uno mismo, aunque luego escapemos cuando nos toca ser presidentes de la Comunidad de Vecinos.
